Los mexicanos necesitan un Sistema Nacional de Pensiones (SNP) políticamente viable que genere mayores recursos para el retiro, que dé cabida a una pensión mínima universal garantizada y, sobre todo, que proteja de manera efectiva las pensiones de los trabajadores de toda tentación de algún futuro gobierno de disponer de esos recursos para resolver problemas de gasto, endeudamiento y déficit fiscal, alertó el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
Enrique Díaz-Infante, director del Programa de Sector Financiero y Seguridad Social del CEEY, dijo que la mejor manera de proteger los ahorros de los mexicanos es asegurando que funcione bien el Sistema de Ahorro para el Retiro y a la par, señaló, se debe avanzar en la formalización del empleo con mejores salarios reales y en el establecimiento de un Sistema Nacional de Pensiones.
Beneficios limitados
En su análisis El Sistema de Ahorro para el Retiro como parte de un Sistema de Protección Social Integral, dijo que el cambio de política con la reforma al sistema de pensiones de 1995, que dio origen a un sistema de contribuciones definidas administrado por las Afores fue el adecuado.
A su vez, un sistema de beneficios definidos, como el que prevalece para los trabajadores del sector formal que cotizaron antes de 1997, es insostenible. El cambio en la estructura demográfica que estamos viviendo, donde la población crece 1.2 por ciento anual, y aquella de 65 años o más lo hace a una tasa de 3.1 por ciento, y donde la esperanza de vida al nacer es cercana a los 75 años, lo hace financieramente inviable.
Lamentablemente, los beneficios de las Afores se limitan esencialmente a los trabajadores que se encuentran en la economía formal, aunque 57 por ciento de la población económicamente activa trabaja en la informalidad.
Además, agregó Díaz-Infante, para gozar de una pensión de vejez, el trabajador debe tener más de 65 años de edad y haber contribuido con al menos mil 250 semanas. Este periodo de cotización es muy difícil de alcanzar para una población laboral que, en su mayoría, se la vive alternando entre empleos formales e informales, señaló Díaz-Infante.
“La tasa de reemplazo –el monto de la pensión al momento de la jubilación– es de 21.6 por ciento en México, en tanto que en Chile es de alrededor de 37.3 por ciento, y en Holanda de 63.4 por ciento. Para incrementarla se debe, entre otras cosas, aumentar el monto obligatorio de las aportaciones y fomentar las aportaciones voluntarias”.
Este artículo apareció el miércoles 31 de agosto 2016 en La Jornada.