Prensa exhibida

Las conferencias diarias de López Obrador han servido hasta ahora como mero instrumento propagandístico del Presidente y como hoguera de inquisición en la que quema a sus adversarios, no como un ejercicio republicano de información y rendición de cuentas a la ciudadanía. Las “Mañaneras” -como se les conocen coloquialmente- han ayudado a incrementar la popularidad de AMLO en beneficio propio y de su partido. Hasta ahora, los medios de comunicación asistentes a las mismas, han servido de meros megáfonos del Ejecutivo.

Pero el pasado viernes 12, la intervención del periodista Jorge Ramos de Univisión y Reforma en la Mañanera exhibió a la mayoría de la prensa nacional en su triste papel de comparsa de AMLO y les puso la vara alta en cuanto a lo que debe ser su actuar en este espacio.

En ese acto, Ramos evidenció el pobre desempeño de AMLO, hasta el momento, en el combate a la inseguridad, el cual señaló, será peor que el de Peña Nieto y Calderón, de seguir la tendencia mostrada en los primeros tres meses de este gobierno. Lo criticó también por sus ataques al diario Reforma por haber dado a a conocer a finales de marzo un extracto del borrador de la carta que él envió al Rey Felipe VI de España y al Papa pidiéndoles se disculparan por los agravios históricos cometidos por la Corona y la Iglesia durante la Conquista. Al respecto, Ramos señaló que la petición de AMLO al Reforma para que revele las fuentes que le filtraron dicha información es un despropósito en democracia. 

Este evento me genera varias preguntas: ¿Porqué los medios nacionales son dóciles frente al poder y no lo cuestionan a profundidad? ¿Qué tan útiles son las Mañaneras desde una perspectiva informativa si la prensa no cumple con su papel de cuestionar al poder? ¿Ayudan a la rendición de cuentas de la cosa pública o son un mero ejercicio propagandístico del poder? En el caso de la carta de Reforma ¿Quién tiene la obligación de informar y quien el derecho a ser informado?

A decir de integrantes de Fundar y Artículo 19, en sendas entrevistas concedidas a Arena Pública en agosto de 2015, alrededor del 80% de los ingresos de los medios tradicionales locales dependen de la publicidad oficial. A nivel federal, no tengo datos a la mano al respecto, pero es de suponerse que el financiamiento también debe ser alto. En razón de esto “los gobiernos dictan línea editorial” a la prensa. Esto explica gran parte de la docilidad de la prensa frente al poder.

Además, de acuerdo con el Colectivo Medios Libres, citado por Animal Político, el gobierno federal contempló en el Presupuesto de Egresos para 2019, la cantidad de 4 mil 358 millones de pesos. Esto representa cerca del 33% más que en el Presupuesto de 2018). En ese sentido, es de esperarse que la prensa seguirá dócil hacia el Ejecutivo y a su servicio.

¿Qué tan útiles son las Mañaneras desde una perspectiva informativa si la prensa no cumple con su papel de cuestionar al poder? 

Ante estos datos y viendo la pobre actuación de los medios que poco cuestionan de fondo al Presidente, uno deduce que la utilidad de las Mañaneras, desde un punto de vista informativo, es nula o incluso contraproducente para la democracia.

Salir todas las mañanas a hablar en medios como lo hace el Presidente no es informar ni implica un ejercicio de rendición de cuentas. Es un mero acto propagandístico de consolidación de su imagen e influencia. Peor aún, las mañaneras se están convirtiendo en un foro de juicios sumarios desde donde el Presidente sale a enjuiciar y culpar personas y negocios, sin pruebas y sin darles oportunidad de defensa.

Si la prensa no cuestiona, investiga y analiza sus juicios contrastándolos con datos duros -como lo hizo Ramos- lo único que están haciendo es “engordarle el caldo” a AMLO. La prensa está siendo mero megáfono de sus dichos, quitándole al mismo tiempo espacio a la discusión de otros temas igual o más importantes y a otros actores y a la oposición con lo cual debilita la democracia.

Por lo que toca al asunto de la revelación de la carta, es importante recordarle a AMLO que el gobierno es el obligado a informar y que todo la información gubernamental es pública en principio. Que en caso de que cierta información no pueda ser del conocimiento público, debe clasificarse temporalmente como reservada o confidencial, según sea el caso, conforme a lo dispuesto en la Ley de Transparencia y Acceso a la Información.

En relación a Reforma, es obvio que ese medio no va a revelar sus fuentes. No tiene obligación legal alguna al respecto. Además, por un principio elemental de confianza y de seguridad de sus fuentes, no debe revelar la identidad de éstas. Asimismo, hacerlo le implicaría perder credibilidad con sus fuentes y pudiera ponerlas en riesgo en su integridad física. Por otra parte, si la filtración provino del Gobierno Español, éste tampoco tiene obligación alguna de guardar secrecía al respecto. En fin, qué mal el Presidente desde un punto de vista legal y democrático. 

En suma, que la dependencia financiera de recursos públicos de gran parte de la prensa en México la debilita en su función de informar y de ser contrapeso del poder. El triste rol de comparsa de AMLO que, salvo honrosas excepciones, ha venido jugando a partir de que éste ganó las elecciones presidenciales y sobre todo a partir de que tomo posesión en diciembre del año pasado quedó exhibo por la intervención de Jorge Ramos.

Esperemos que a partir de ahora, por vergüenza, aquellos medios que son sumisos al poder asuman con profesionalismo su función. Lamentablemente, lo dudo, en tanto sigan siendo dependientes del gasto público para sobrevivir.

*El autor es Director del Programa del Programa del Sector Financiero y Seguridad Social del CEEY. Las opiniones son a título personal, no institucional.

Este artículo apareció el lunes 15 de abril 2019 en Arena Pública.

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