Una lección de vida sobre el retiro

Formo parte de los 49.9 millones de trabajadores mexicanos que tenemos nuestros ahorros para el retiro en una Administradora de Fondos para el Retiro (Afore) y que conjuntamente tenemos ahorrados a enero de este año 1.93 billones de pesos, equivalente al 11% del Producto Interno Bruto.

Hasta hace poco tiempo, el tema de mi ahorro para el retiro me resultaba irrelevante por considerar lejano el momento en que iba a pensionarme. Sin embargo, el otro día, revisando mi correspondencia, se me ocurrió analizar a detalle el estado de mi cuenta individual de ahorros para el retiro que mi Afore periódicamente me envía. Examinar el saldo total que tengo, el rendimiento que recibo por mi ahorro y las comisiones que me cobran, fue como tener un encuentro conmigo mismo, dentro de 30 años.

Un Enrique imaginario de 70 años de edad empezó a cuestionar mis decisiones presentes en relación a mi ahorro para el retiro y se molestó conmigo por no estarle asegurando una vejez solvente y con la calidad de vida que se merece. Me reclamó por haberme cambiado de Afore en julio del año pasado. Eso, me hizo ver, nos generó una pérdida de $51,890 pesos al haber vendido las acciones de la Sociedad de Inversión Especializada de Ahorro para el Retiro (SIEFORE SB3).

También me hizo ver que en lo me va del año, mi Afore (Metlife) ha generado en los últimos 57 meses un rendimiento neto de 9.33%, el cual es menor que el que han generado las SIEFORES de SURA (antes ING) y Profuturo GNP, en las que tenía antes mis ahorros. Estas han generado rendimientos de 10.77% y 9.47%, respectivamente; es decir, mi cambio nos generó pérdidas también por el lado de los rendimientos.

Asimismo, se alarmó por la pérdida de nuestro ahorro debido a las altas comisiones y a las concentraciones cada vez mayores en el mercado de las Afores, lo que seguramente afectará más aún nuestro patrimonio. “Te das cuenta –me dijo- que de las 19 Afores que había en 2009 ahora ya nada más hay 11 y de ellas, según la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR), tres concentran más del 60% del mercado (Banorte 33.26%, Sura 15.42% y Banamex 12.14%)”.

Esa composición del mercado -señaló- eventualmente va a favorecer el que los grandes agentes económicos impongan condiciones de inversión, rendimiento y comisiones. Además, ya te fijaste -me dijo sorprendido- no aparece en el estado de cuenta el porcentaje que se cobra de comisiones sino simplemente un monto de las mismas, lo cual no ayuda para fines comparativos con otras Afores.

¿Y las respuestas, apá?

Traté de encontrar respuestas razonables a sus reclamos. Le leí una declaración del presidente de la CONSAR de principios de septiembre del año pasado explicando que las SIEFORES habían sufrido minusvalías, que no perdidas, en sus inversiones. Le ofrecí, eso sí, una disculpa por haberme cambiado de Afore en mal momento, con lo cual yo sí, a diferencia de otros, realice la perdida al vender las acciones de mi SIEFORE para cambiarme de Afore. Ni modo –le dije- me dejé convencer, como muchos mexicanos, por la información insuficiente o manipulada presentada por el promotor, amigo de un amigo.

En relación a las comisiones- le comenté – seguramente están las de nuestra Afore dentro de la media de 1.20% que cobran las demás administradoras. Lamentablemente, en el Estado de Cuenta no venía el porcentaje de las comisiones, sino simplemente el monto cobrado, lo cual no ayuda para fines comparativos. Él, en cambio, si venía informado y me hizo ver que si las comisiones fueran de 1%, a decir del Actuario al Francisco Miguel Aguirre Farías**, al final de mi vida laboral habré sufrido una merma de 23% de mi sueldo.

Por lo que toca a las inversiones ni que discutirle. Hasta que no haya una buena reforma fiscal, el Estado Mexicano seguirá siendo adicto a la deuda. El hecho de que casi el 50% de los ahorros de mi pensión por obligación regulatoria se destinen a la compra de papel gubernamental, limitan los márgenes de ganancia de mi SIEFORE, quien no puede invertir en papeles más redituables. Esto, además, habla de un estado que no recauda suficiente y que se tiene que endeudar para cumplir con sus tareas.

A manera de conclusión me dijo: “O haces buenas aportaciones voluntarias ahorita y/o ganas más sueldo para que tus aportaciones forzosas aumenten o tendré que prepararme para completar mis ingresos trabajando a los 70 años como autoempleado, porque ni creas que alguien a esa edad me va a contratar como empleado”.

Dicho lo anterior se marchó y yo me quedé reflexionando sobre el futuro incierto que me espera cuando sea viejo sino planifico mi retiro desde ahorita diversificándolo en adquisición de inmuebles, Afore y preparándome para trabajar de viejo.

Este artículo apareció el martes 1 de julio 2014 en CNN.

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